Artículo – Pokémon Go, mentiras y cintas de vídeo

 

cable-link-gameboycolor

Estamos a 2016 pero, de pronto, vuelve a ser más o menos 1996. Volvemos a hablar de Pikachu, de Pidgeotto y de cuántos malditos Rattatas y Zubats hay por todas partes. ¿Eres de Charmander, Bulbasur o Squirtle? ¿Equipo Rojo, Amarillo o Azul? Go lleva apenas un mes entre nosotros y ya ha conseguido que redescubramos el mundo de Pokémon. Igual que Jurassic Park, Los cazafantasmas, Drive, Super 8 o Stranger Things, algo viejo se vuelve nuevo.

Aunque este artículo tiene poco que ver con el contenido habitual del blog, he decidido subirlo por dos razones. La primera es que creo que este juego, tanto por sus mecánicas como por el entorno en el que ha aparecido, merece una reflexión. La segunda es que este es mi blog y, como nadie me paga, no le debo nada a nadie. Ya me gustaría deberle algo a alguien… ¿Qué podéis esperar de este inesperado y extenso artículo? Pues cachondeo, referencias a pelis y, ya si eso, un par de pensamientos divididos en epígrafes con la pretensión de, como decía el padre de Jesse Custer, tratar las cosas por lo que son y no por lo que parecen.


Tom Loots on Dribble

Imagen por Tom Loots.

Poké-challenge: cada vez que algo empiece por poké- toca chupito. Poké-chupito.

A QUÉ ESTAMOS JUGANDO

Quiero empezar señalando una diferencia. Donde en otras entregas de Pokémon encendíamos la consola y encontrábamos un profesor que nos explicaba las bases del juego, aquí encontramos a un runner que ha secuestrado al profesor Oak, le ha quitado la bata y espera que no nos demos cuenta. En cualquier caso es runner y, por tanto, mejor persona que nosotros. Entre el señor pokémallas y un adulto hecho y derecho que se entretiene jugando a lo mismo a lo que jugaba con diez años, creo que tengo claro quién es el profesor. Si necesitábamos una prueba de que Pokémon Go es el fruto de su tiempo, aquí la tenemos.

28d

«¿Que por qué uso E-Darling?».

Corramos un tupido velo.

Pokémon Go tiene un funcionamiento muy sencillo. El juego te pone Google Maps y te ubica con el GPS. Entonces tienes que recorrer la ciudad –andando, se entiende- buscando poképaradas (chupito) en las que conseguir pokéballs (y ponme otro) con las que después atraparás pokémon (que no pare). Hasta aquí todo normal, solo que si te descuidas igual acabas metido en una zanja.

Las poképaradas están en sitios de lo más variado, pero en muchos municipios se observa un patrón bastante peculiar. Estas son algunas de las paradas que tengo más cerca:

  • Ermita del Ángel.
  • Monumento a la mujer maltratada.
  • Ermita del Cristo.
  • Caño.
  • Juventudes Vaticanas.
  • Cervantes.
  • Un Solo Dios.
  • Cruz De Los Caídos.

Este curioso reparto de poképaradas en mi pueblo ha ocasionado un espectacular aumento de los asistentes a la misa dominical, realizada en una iglesia que, por alguna razón, se llama Un Solo Dios. Bueno, por lo menos no tenemos que aguantar a los de la Iglesia Baptista de Westboro.

Jesus-Pokemon

La historia más grande jamás contada.

¿Qué pasa con los combates? Pues sigues pudiendo pelear, pero ahora sólo en los gimnasios, unas torres enormes que aparecen en las pocas iglesias que no han sido colonizadas por las poképaradas.  Los gimnasios son una fuente estable de experiencia y pokémonedas y, al ser el único sitio en el que se puede combatir, se convierten en el punto de choque entre las Casas de Go: Griffindor, Ravenclaw y Hufflepuff. Se están liando unas por mi barrio que ríete tú de las peregrinaciones a Santiago.

Los gimnasios, por selección natural, son ocupados por entrenadores fuertes, los llamados líderes. Los líderes colocan a sus pokémon más potentes a defender el gimnasio mientras que sus colegas hacen lo propio y les ayudan a mantener la revolución en marcha la posición de ventaja. De esa manera el fuerte queda protegido ante novatillos y entrenadores poco organizados que creen que pueden vencer solos a tu Arcanine de nivel chorromil y a su amigo el Venasaur con un Raticate mugroso.

Team Valor

¡Los gloriosos líderes!

Battleship Potemkin

Voy a por un gimnasio… y pasa esto.

Conquistar un gimnasio es chungo, pero si te pones de acuerdo con más miembros de tu equipo podéis ir todos juntos, darle una poké-paliza skin al líder de turno y convertiros en los entrenadores más chungos de vuestro barrio. Como los Warriors en la película The Warriors. Lo único que tenéis que hacer es prepararos a conciencia, así que coged vuestras deportivas, vuestras baterías externas y una botellica de agua y recorred la ciudad capturando un montón de pokémon iguales, quitándoles los caramelos y dándoselos a vuestros favoritos hasta que evolucionen.

Sí.

Para evolucionar un Rattata mugroso en un Raticate mugroso no hace falta entrenar, sino atrapar una madriguera y media de esos bichos. ¿Os suena raro? Pues esperad, que hay más…

Al principio creía que había que escoger a los pokémon con un mayor PODER DE COMBATE, pero una amiga me dijo que en realidad lo que determina lo chupi que es un pokémon es su altura y su peso. Tienes que coger a los más altos y fuertes y olvidarte del resto. Los altos y fuertes son los más fieros en combate, los arios de su especie, aquellos pokémon que purgarán la tierra de indeseables y harán que todos los gimnasios se rindan a nuestros pies. ¡Con los altos y fuertes instauraremos un poké-reich de mil años!

Pikachu_nazi

A ver, esto intentan suavizártelo un poco… pero no mucho. Cuando te deshaces de un pokémon no lo estás sacrificando en plan La sangre de las bestias. En teoría “se lo mandas” al profesor Willow. A saber los experimentos que haga el runner batas este con los doscientos Rattatas atrofiados que le he mandado. Tenemos aquí a Joseph Menguele y nadie se ha dado cuenta.

tOkqjLs

«La vida es un manantial de placer; pero donde la chusma va a beber con los demás, allí todos los pozos quedan envenenados». Así habló Rattatustra.


CÓMO SE PUEDE GANAR DINERO CON ESTO

Pokémon Go es un free to play y los free to play funcionan de una forma concreta: no hay relación alguna entre la habilidad y la recompensa; la hay entre dicha recompensa y el tiempo invertido. En otras palabras: cuantas más horas le eches, más posibilidades de ganar tienes (aunque no eres mejor jugador). O también puedes pagar con dinero real por avanzar en el juego y ya está.

Cuando el sistema es “justo” cualquier jugador puede obtener lo mismo que un jugador Premium, aunque eso suponga perder dos meses de tiempo completo de juego para obtener un objeto que un usuario de pago recibe en minutos a golpe de talonario. Si el sistema es más cabrón, hay cosas que sólo obtienen los usuarios de pago, por lo que a altos niveles de juego los usuarios free no pueden competir en igualdad de condiciones por muchas horas que le echen. Estos son los coloquialmente llamados pay to win.

Así que a la gente que se está quejando de que el juego debería recibir actualizaciones que cambiaran tal o cual cosa… no os engañéis; el juego puede acabar estando más o menos pulido, pero va a seguir funcionando por las reglas que rigen ahora mismo.

Los juegos de este tipo están construidos para que tengas una tarea anodina, repetitiva y aleatorizada que consume gran cantidad de tiempo (y en este caso también de suela de zapatilla). Llega un momento en el que empiezas a cuestionarte el tiempo que te cuesta obtener algo de provecho y entonces te planteas pillar objetos con dinero real. Tal vez sea un poco de incienso cuando cruzas una zona de pokémon raros, o tal vez un par de pociones extra cuando vas a tumbar un gimnasio enemigo. El caso es que los famosos micropagos tal vez parezcan minucias, pero precisamente por eso funcionan. ¿Creéis que King se hizo rica regalando el Candy Crush?

En cualquier caso, lo de Pokémon Go también es un juego de móvil y se han cortado con la monetización. No te dan la tabarra para que pagues, el juego va fluido, la interfaz es limpia… realmente es un jueguico bastante amable con el usuario. Es cansino a ratos, sí, pero se me ocurren juegos más cansinos. ¿Alguien ha dicho World of Warcraft?

1004625_504203766323036_2064344766_n

Martillo rompecristales: romper el cristal para acceder al martillo.

No os quiero marear ahora con el jaleo de currencies que tienen aquí montado, pero de momento creo importante marcar algunas diferencias entre el Pokémon tradicional y el Pokémon Go derivadas del nuevo modelo de negocio:

  • Desaparece la relación directa entre el combate y la experiencia: en los juegos de consola tu pokémon ganaba experiencia al combatir, se hacía más fuerte y Sanseacabó. Ahora no. Ahora obtienes nivel de entrenador (el cual condiciona los pokémon que puedes capturar) y polvillos mágicos. Así pues, en lo que respecta a tus pokémon, el polvillo es experiencia, pero no toda la experiencia. También hacen falta los caramelos de los que hablábamos antes. Además, como ya hemos dicho, los pokémon son unos sibaritas de mierda y cada uno sólo come su puñetero caramelo especial. Así que felicidades por haber capturado UN Pikachu y mucha suerte evolucionándolo.
  • Ya no hay centros pokémon: efectivamente, se ha privatizado la sanidad. Ya no es gratis curar a los pokémon, ahora necesitas pociones y revivir, objetos que consigues con dinero o con tiempo y pasos. Tiempo y pasos… qué bien suena tío. Tiempo y pasos, la nueva novela de Mario Vargas Llosa. Antes el juego entraba en un bloqueo si te quedabas sin pokémon con los que combatir, por lo que siempre debías disponer de bichos sanotes. Ahora el derecho a pelear –y, por tanto, a conseguir polvillo mágico de forma viable en los gimnasios– ya no está garantizado.
  • Las poképaradas: al contrario que ha ocurrido con la sanidad, resulta que ahora las tiendas son gratis. Ya no hay que comprar pokéballs, sino que te las dan en esos bonitos puntos azules… de los cuales hay cincuenta en cualquier barrio de Madrid pero sólo ocho en todo mi pueblo. Los objetos que te dan en las tiendas son aleatorios, así que si andas escaso de uno en concreto vas a pasar una tarde muy entretenida corriendo… o puedes pagar.

giphy

Nintendo va a hacer juegos de móvil porque está en quiebra, decían… Nintendo is doomed, decían… Pues al final les ha salido tan bien que la gente se ha olvidado de soltar chorradas sobre la NX y todo.

A ver, si estoy diciendo que esto es un juego repetitivo, cansino, basado en las microtransacciones y que encima TE OBLIGA A ANDAR ¿por qué leches juega la gente? Se me ocurren tres razones y dos de ellas las comentaremos después. La tercera es una que los free to play trabajan muy bien: la recompensa inmediata.

Lo que en otros juegos son chispas y colores cuando rompes una línea o el botín brillante pero inservible que te deja un kobold mugriento, aquí es el Rattata o el Pidgey de turno. Pues eso, recompensas inmediatas: cosas que no alteran el equilibrio del juego ni te hacen avanzar, pero que te hacen sentir bien; como si estuvieras consiguiendo algo. Es algo casi pavloviano, pero funciona. De hecho es el tipo de cosa que convierte un juego repetitivo y coñazo en algo adictivo.

Fijaos en un detalle: cada vez que llegáis a una poképarada o atrapáis a un pokémon tenéis que hacer cosicas con los dedos. Son actividades anodinas, casi un trámite, pero están adornadas con un minijuego para que sean satisfactorias, para que no nos paremos a pensar si esta tarea, por sí sola, es divertida. Al mismo tiempo este tipo de recompensa inmediata son lo que hace que el novato que acaba de llegar y no puede competir con los veteranos en los gimnasios pase por el mismo bautismo que los jugadores que le han precedido.

Cuando aparece un pokémon, aparece para todo el mundo. Si lo atrapas, no se lo quitas al resto de jugadores. El grado de competitividad es muy bajo. Incluso en los gimnasios se dura poco como líder, pero esa pequeña ventana de tiempo basta para que te den unas pocas monedas. En Pokémon Go nunca pierdes, siempre consigues algo; sin embargo, normalmente no es algo importante ni duradero.

Al final parece que, aunque han cambiado muchas cosas, hay algo que sigue igual. Pokémon sigue siendo un juego de grindear.

grinder01

You spin my head right round, right round.

Y, bueno, evidentemente Pokémon Go también da mucho dinero gracias al merchandising. Cero que no hace falta que lo diga, teniendo en cuenta que Pikachu es, junto con Mickey Mouse y las Tortugas Ninja la cosa con más mochilas de la historia. ¿Sabéis el dinero que daba Angry Birds en su mejor momento? Pues multiplicadlo. Multiplicadlo mucho.

Y en cuanto Nintendo empiece a ponerse seria y a cobrar a McDonalds, Starbucks y demás por tener paradas y gimnasios en sus locales esto va a ser una fiesta. Porque no, niños, Articuno no está en el Everest. Probablemente estará… no sé, en el Fnac de Callao durante un evento patrocinado.


QUIÉNES SOMOS Y QUÉ TENEMOS

Pokémon Go ha salido en un momento muy bien pensado. Os comento.

Para empezar, la tecnología necesaria para llevarlo a cabo está mucho más implantada de lo que nunca lo estuvo la Game Boy. No hay barreras de entrada, no necesitas comprar nada… en teoría. Si, como yo, tienes un móvil patata, una tarifa de datos justita y vives en un pueblo con conexión fluctuante, estás jodido. Entonces no es que tengas una barrera de entrada, tienes el muro de Berlín. Hay gente que ha hablado bastante bien de este tema, así que os enlazo  y no me enrollo más.

Yre1o

Por otra parte es un buen momento porque… bueno, es julio. Verano, calorcillo, tiempo libre, sol.

Y por último: somos, como decía Miliki, niños de treinta años. Los que vivieron el nacimiento de pokémon ya son seres semi-independientes con buenos teléfonos móviles y ganas volver a esa primera generación.

Skins-first-generation-3-skins-11570038-450-337

No, esa no.

pokemon-1024x614

Esa.

Esta puntería generacional es la segunda razón por la que la gente juega a Pokémon Go: la nostalgia. El caso es que, sociológicamente hablando, nos estamos poniendo muy palotes.

Según Forbes

Dos pokémon que nunca tendrás junto a unas interesantes estadísticas de Forbes.

Imagina algo así: estás dando una vuelta con la bici. De pronto te vibra el móvil: hay un pokémon cerca. Aparcas, te bajas y encuentras ese Abra que llevabas buscando desde hace varios días.

Voy a repetir eso: te bajas de la bici para capturar un pokémon. OMG!

Es como si cogieras a todos los niños del mundo e hicieras realidad sus sueños. Es lo que imaginábamos cuando éramos pequeños. La diferencia es que las reglas han cambiado, y eso empaña la filosofía de juego. Antes los pokémon eran tamagochis. Atrapabas un Zubat y era tu Zubat, el bicho con el que podías plantar cara al alto mando si te daba la gana. Todo mientras te decían una y otra vez que los pokémon no son herramientas, que no se pelea para ganar, sino para aprender.

Go es distinto. Las mecánicas se han desdibujado y simplificado en la transición al móvil. El objetivo está claro desde el principio: tienes que atrapar bichos; muchos. Los buscas y les tiras bolas. ¿Y para hacerlos más fuertes? Pues los buscas y les tiras bolas… Lo de “hazte con todos” era hacerte con uno de cada. El rollo este de atrapar a todo bicho que se te cruce me suena más a Team Rocket que otra cosa. Oh, dios mío… nos hemos convertido en los malos.

Dramatic_e70a55_1243731

Chan, chan, chaaaaaaaaaaaan.

La tercera razón por la que la pipol juega a Go es la comunidad. Caputrar un pokémon mola, pero mola más el momento en el que se lo enseñas a un colega. El juego tendrá sus taras, pero aunque fuera una obra maestra nadie jugaría sin esa sensación de ridículo compartido que se produce cuando te cruzas por la calle con otra persona que está jugando. No es lo mismo participar en un Poké-15M que ser el único gilipollas que está intentando sacar un Vaporeon de una papelera.

Estoy hablando de comunidad, aunque tal vez sería más apropiado hablar de fandom. El éxito de Pokémon Go se parece más al éxito de Pottermore que al de Minecraft, por ejemplo. Joder, si es que hay hasta malditas casas de Hogwarts. Pokémon Go no puede analizarse sólo en base al juego porque, como muchas otras cosas, forma parte de la cultura pop de una generación. Sin todo esto sólo seríamos unos incautos que cruzan la calle sin mirar.

Pokémon Go explica muy poco, apenas te ayuda a dar tus primeros pasos y te suelta ahí en el poké-mundo para que te poké-apañes. De pronto todos estamos en el mismo barco, descubriendo cosas igual que a los seis años. Y estamos deseosos de entrar en twitter para hablar de lo que encontramos, de lo que descubrimos. Te enseño yo y tú a mí. Eso es lo que ha hecho funcionar a Dark Souls, por ejemplo. No se trata de que el juego te explique sus reglas, sino de que las averigües; y si es con otra gente, mejor que mejor.

Tal vez Go no será el mejor pokémon, igual ni es divertido por méritos propios, pero lleva al extremo la idea detrás de separar a los pokémon en dos cartuchos: que los niños jueguen juntos al videojuego.


El juego ha salido y la gente se ha vuelto loca. Ha funcionado. Ahora, superados los problemas con los servidores queda ver si Nintendo y Niantic consiguen innovar sobre el modelo free to play y desarrollan un juego longevo que vaya transformándose y enganchando a los jugadores durante mucho tiempo. Se acerca el invierno y parece difícil que Pokémon Go sobreviva al mal tiempo… pero molaría tanto que saliera bien. En fin, si sale mal, supongo que el Miitomo ya tendrá alguien con quien jugar en el cielo de las apps.

¿Qué hacéis aquí que no os estáis haciendo con todos?

cl7alpkzunzqs1oglnwc

Por cierto, dice Google que gracias por vuestra geolocalización, que es un negociazo.

Deja un comentario